I. Crear una sociedad iluminada.
Las enseñanzas shambala se fundan sobre la premisa de que hay una sabiduría humana básica que puede ayudarnos a resolver los problemas del mundo. Esta sabiduría no es propia de ninguna cultura o religión, no viene solamente de Oriente ni de Occidente. Es, más bien, una tradición de los seres humanos en su condición de guerreros, que ha existido en muchas culturas y en muchos momentos a lo largo de la historia.
En el Tíbet, lo mismo que en muchos otros países asiáticos, circulan historias sobre un reino legendario que fue fuente de conocimientos y de cultura para las actuales sociedades asiáticas. De acuerdo con las leyendas, era un lugar de paz y prosperidad, regido por gobernantes prudentes y compasivos. Los ciudadanos eran igualmente bondadosos y sabios, de manera que el reino constituía, en general, una ciudad modelo. Aquel lugar se llamaba Shambala. Se dice que el budismo desempeñó un papel importante en la evolución de la sociedad Shambala. La leyendas nos cuentan que el Buda Shakyamuni transmitió enseñanzas tántricas muy altas a Dawa Zangpo, el primer rey de Shambala. Se considera que esas enseñanzas, que se conservan en el Kalachakra Tantra, son parte de la más profunda sabiduría del budismo tibetano. Cuentan las historias que, después que el rey hubo recibido su instrucción, todo el pueblo de Shambala comenzó a practicar la meditación y a seguir el camino budista de benevolencia e interés por todos los seres. De esta manera, no solamente los gobernantes, sino todos los súbditos del reino llegaron a ser personas sumamente evolucionadas.
La visión shambala es uno de muchos intentos por poner a nuestro alcance, y al de todos, una existencia sana e íntegra.
martes, 15 de julio de 2008
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